Sí, podemos.

Fue la convicción de los que sentaron las bases de una tierra de igualdad para todos.
Sí, podemos.
Fue la creencia firme en esa igualdad la que nos hace reconocer, las mismas oportunidades para nuestro futuro.
Sí, podemos.

Es la certeza de que somos especiales, la que nos da la fuerza para hacer todo y más.
Sí, podemos.
Es el aliento de millones de hombres y mujeres que se sienten parte de nuestra causa; de nuestros padres que eligieron de nuestras mentes las fronteras; y de nuestros hermanos que entienden que unidos somos más fuertes.
Sí, podemos.
Con justicia e igualdad. Con mentes abiertas y voluntad. Podemos prosperar. Podemos asombrar. Podemos ser parte del progreso.
Sí, podemos.
Tendremos que trabajar duro, que superar obstáculos, que sacar de su ceguera a los que no saben mirar. Nada nos detendrá.
Podemos ser lo que se nos ocurra ser. Podemos cambiar el mundo. Podemos jugar con él. Porque somos capaces de aprender, de sorprender, sí; pero también de enseñar.
De dar cátedra de esperanza, perseverancia, de alegría, de esfuerzo y de amor. Amor. Queremos compartir el mismo mundo. Porque podemos.
Sí, podemos. Sí. Porque podemos.

Sí, podemos conseguirlo.